martes, 13 de enero de 2009

HOY MI CABELLO FUE INDOMABLE

Si , hoy mi cabello fue indomable, todo por tener la magnifica idea de bañarme ayer por la noche y dormir con el cabello mojado; entonces por mis miles de giros y sus fricciones con la almohada , el resultado fue desastroso, supe lo que era un cabello enredado y con un exagerado volumen ; “el deseo de muchas mujeres…”(dicen ciertas revistas) no es mi caso, “sexy”, lo dudo.


Tomé la valiente decisión de comenzar a peinarlo; claro después de maquillarme y vestirme. Con toneladas de ropa sobre la cama y todo mi maquillaje regado en el tocador; no entiendía como era que el cepillo podía haber desaparecido, parecia una pesadilla; común en mi; siempre hay algo que me impide llegar puntual a cualquier lugar o compromiso.
Pero primero lo primero, había que ordenar el tocador. ¡No, por Dios! Era demasiado lento el asunto y no veía por ningún lado el cepillo. La plancha de pelo estaba lista pero no había modo de usarla sin desenredar primero esa maraña. “Mar-aña”, bien que alguién me había llamado así en estos últimos días; lo usual debido a que mi nombre se presta como prefijo de tantas palabras: Mar-abunta, Mar-avilla (este me gusta), Mar-acuya, Mar-adol, etc.


Pero volviendo al asunto de mi cabello, ahí estaba yo; de frente mio , el desastre del tocador, detrás la pila de ropa sobre mi cama; intentaba hacer memoria, primero hay que despertar completamente , me decía a mi misma, un café estaría bien. Salí hacia la cocina, sin pensar, como dice mi hermano, en que puedo provocar un infarto a quien me mire así a esa hora de la mañana. Entonces me tope con mi hermana, me miro sin percatarse de mi cabello, bueno, quizás ya esté acostumbrada, pero suele ser mordaz, entonces seguro algo la distraía. Si ,claro, me lo dijo: no encontraba el cuaderno donde apuntaba sus notas de las clases que tomamos juntas, la hubiera ayudado pero ya tenía mis propios problemas, me tranquilice un poco, porque por un rato no la tendría haciéndome presión sobre el tiempo.


De vuelta a mi cuarto con el café en mano, decidí comenzar por la cama, porque razonándolo el tocador no era tan grande como para perder un cepillo; bueno, yo no lo veía entre las dos computadoras, (no pregunten) el maquillaje, los cargadores de batería de mis diferentes aparatos, la plancha de pelo ,el celular, los cuadernos de notas ( atención lo dije en plural: los cuadernos de notas), mis pinzas de pelo, llaves, dos libros, un lapicero, lentes de sol, más maquillaje el reproductor de música, unos audífonos, un “caleidoscopio”, (si , caleidoscopio, lo siento tengo gusto por perder el tiempo con esas cosas) , varios discos de música una botella de agua y claro, la taza de café; no, decididamente tenía que estar entre la pila de ropa.


Cuando había comenzado a arrojar la ropa de un lado a otro oí que alguien tocaba la puerta de la calle, me asomé a la ventana; para esto tengo que arrodillarme sobre la cama; no, al parecer fue en otra puerta pues no vi a nadie, de pronto reaccioné, ¿Cómo se me había ocurrido asomarme así a la ventana? ¡ Qué horror! Y si me miraba alguien, rápidamente la cerré y me moví hacia atrás, entonces sentí que algo se rompía bajo mi rodilla , me hice a un lado y comencé a quitar la ropa que había ahí temiendo que fuera mi celular(si ya sé, estaba en el tocador, pero en ese momento no lo pensé). No, no era el celular, pero si era el cepillo, el cual se acababa de romper en dos; por un lado el mango y por el otro las cerdas. Ni modo, no tenía tiempo de lamentar nada, tomé las cerdas y comencé a desenredar mi cabello. En 5 minutos ya había desenredado y planchado mi pelo, claro eso no quiere decir que lo haya domado, pero a esas horas de la mañana me pareció que no se veía tan mal.


Tomé todas las cosas que suelo llevar al curso; llaves, celular, calculadora, lápiz, pluma, cuaderno, ¿Otro cuaderno? Entonces me di cuenta de que yo tenía el cuaderno de mi hermana, termine por ponerme el abrigo, miré el reloj y salí corriendo, ahí en la sala estaba mi hermana, resignada con otro cuaderno, le mostré el suyo, me dijo varios “floridos “calificativos, reímos, salimos corriendo. El metro a empujones, pisotones y vuelta a los empujones pero logramos llegar a la clase barriéndonos dentro del tiempo límite.
En el receso me di cuenta que mi cabello no estaba del todo bien, se veía muy alborotado, o no lo había peinado correctamente, o quizá fuese culpa del profesor por esa lectura de comprensión que hizo que me rascara bastante la cabeza ; sería por eso que nos preguntó, ¿Cómo nos había ido de fiestas? Y yo que pensé que hablaba de la temporada navideña. Bueno, no sé, pero definitivamente era uno de esos días en que mi cabello no tiene ganas ni suerte de ser manejable y todavía le esperaba otro viaje en metro , el paseo diario de mi perra (ella corre y yo voy detrás como un lastre) además de otras tantas rascadas de cabeza porque tendría que hacer una redacción en casa.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Noche mexicana

Recuerdo un 15 de septiembre de no hace mucho rato, en la tradicional noche mexicana y familiar, Jon nuestro mutuo amigo Hiram y yo nos hallábamos un tanto aburridos y con exceso de energías.


Jon sugirió que fuéramos a la Zona Rosa a ponernos hasta las chanclas, o ya de menos a bailar. Más tardo en decirlo que en lo que tomamos nuestras chamarras, una sombrilla y nos trepamos a un taxi con rumbo a dicho lugar.


Decidimos ir a un antro que tenia nombre de dios romano; no sé porque nos aferramos a ese lugar, ni cover gratis, ni barra libre, lo único era que las mujeres no pagaban la entrada, según esto alguien se lo había recomendado a Jon (¿sería un enemigo?)


El lugar era grande, obscuro y sin mucha gracia, con sus mesitas redondas bancos sin respaldo y la pista de baile bastante lejos de donde estábamos. El lugar se encontraba ya medio vacio extraño en una fecha como esa parecía como una fiesta apunto de terminar.


Decidimos inteligentemente en lugar de mezclas raras o cervezas pedir una botella de vodka con jugo de naranja así según nosotros no nos iban a dar bebidas adulteradas ja ja, claro nos olvidamos por completo que aveces el truco va en los hielos o incluso en el jugo. En fin ni siquiera llevábamos la mitad de la botella cuando ya estábamos manifestando los efectos de una buena borrachera cada uno a nuestro muy particular modo; Jon siempre se pone muy contento, ríe mucho, incluso ríe solo; Hiram entre otras cosas repite cada dos que tres minutos que ya está bien ebrio y yo pues empiezo a decir que a mi el alcohol no me hace efecto; eso es un poco verdad, en realidad aguanto mucho; pero cuando además saco mi refranero entonces si ya estoy bien ebria.


A los tres nos extraño lo pronto que el alcohol nos había hecho efecto, empezamos a meditar lo del hielo y el éter y las leyendas urbanos que todos escuchamos. Sin encontrar una razón que justificara el porque alguien querría vernos borrachos, simplemente decidimos seguir tomando sin hielo, para estar mas tranquilos.



Y entonces llego el motivo.



El mesero que nos había atendido se acerco a nuestra mesa para ver si necesitábamos algo más, ¡que amable!, además agregó que pronto se iría y que si nos podía traer la cuenta.

-¿Porrquééé?- pregunté yo;
- si todavía no es hora de que cierren.

Se excuso diciendo que el tenia que irse a esa hora y que era para darnos nuestro pase de salida y no tuviéramos problemas cuando nos fuéramos, pero que podíamos seguir ordenando a otro mesero y empezar una nueva cuenta. Jon dijo que si y el tipo se fue por la cuenta.


Pero a mi me parecía extraño yo lo había visto rondando muestra mesa unas cuatro veces, y siempre nos miraba muy sospechosamente.
Cuando regreso con la cuenta y le íbamos a pagar el nos dijo que ahí la propina se daba de un creo 25 o 30% y que sin propina no había pase de salida, mira tu que listo.Seguro por eso ponían éter para inflar las cuentas o querer sacarnos una super propina.

Jon ya iba a sacar el dinero entre enojado y demás, pero le detuve la mano mientras le decía al mesero que si después de pagar nos podíamos quedar una o dos horas más sin problema. El dijo que si, y yo le dije que para mayor seguridad le avisara al gerente que ya íbamos a pagar pero que todavía no nos íbamos, y que si venía mejor así le pagaríamos delante de el para que después no dijera que nadie le dijo nada.

El mesero se trago mi rollo y fue por el gerente, cuando llego para sorpresa suya lo que hice fue darle la queja de que el tipo ese nos quería sacar una propina exagerada y que nos estaba exigiendo pagar ya, cuando nosotros todavía nos queríamos quedar ahí otro rato y le pregunte con cara de inocente que si tenia que ser así como el mesero exigía. agregue además que eso hablaba muy mal del lugar.

El gerente se disculpo y muy molesto regaño al mesero diciéndole que si el tenia que irse que se fuera pero que no tenia que molestar a los clientes y que de nuestra mesa no iba a sacar nada ni siquiera iba a compartir la propina con el otro mesero que iba a sustituirlo.

Jaja gancho al hígado amiguito. El gerente volvió a disculparse y nos dijo que pagáramos cuando quisiéramos, en ese momento o después al irnos ya.


Decidí maldosamente que era hora de pagar, para que el mesero sufriera viendo como se le iba la propina. Así lo hicimos, nos entregaron nuestro pase aclarando nuevamente que podíamos salír cuando quisiéramos y también seguir ordenando.

Entonces pedimos otra jarra de jugo y rato después cuando ya casi nos olvidábamos del asunto Hiram se levantó y dijo que iba al baño.

Nos quedamos en la mesa Jon y yo platicando de lo mucho que nos queríamos y de que eramos a toda madre los dos y que siempre que nos necesitaramos bla bla ...... ja ja (clásico de los borrachos)

Después de un raaaato le hice notar a Jon que Hiram ya se había tardado un poco, el me dijo que no exagerará que casi se acababa de ir; me conforme con esa respuesta en realidad no estaba con reloj en mano tomando el tiempo y el alcohol nos hacía perder la noción de todo.



Pero un rato después me empecé a preocupar , como amiga sobreprotectora que soy, pues Hiram no regresaba, e insistí con Jon que algo pasaba, me dijo:

- bájale ,¿y si se encontró una chava por ahí? déjalo que haga su lucha

-pues no veo donde pueda encontrar nada porque el lugar está muerto ya , lo único que quedan son como 5 meseros 3 saca borrachos, la de los baños que tiene como 60 años, y como 9 o 10 borrachos distribuidos en 4 mesas , que se ven en peor estado que nosotros.

-Por eso; como se la encontró y se la llevó a un rincón, pues no la ves.
-jajaja, reimos los dos

Total ya no dije nada y me quede calculando las probabilidades de esa respuesta, pero como el alcóhol ya me tenia peor que antes olvide cual era el punto de tanta meditación. Eso y el hecho de que Jon me reto a que nos tomáramos otra mas pero de esas de "hasta no ver el fondo no suelto el vaso" (iba a decirlo de otro modo pero le tengo respeto a los héroes de la independencia).

Pasado el trago, un chiste, un refrán y varios minutos, recordé que eramos tres y no dos y volvi a mencionarle a Jon que faltaba (el tercer mosquetero)

- Pues ¿Cuánto tiempo tiene que se fue?
-bueno no sé no le tome el tiempo, pero de la última vez que te dije a ahorita van como 20 min.
-jaja, no manches y eso que no estas tomando el tiempo,sino hasta me das los segundo. Pero pues si ya se tardó. ¿Qué hacemos?
-ve a buscarlo a los baños
-mm, no, no llego estoy muy mareado, lo peor es que ya necesito ir.
-jaja bueno te acompaño para que te apoyes en mi.

Llegamos a los baños sin contratiempos, nos quedamos viendo uno a otro . Jon me puso cara de que esperas y yo le dije:
- Es baño de hombres entra tu solo y agarrate de donde puedas.
Lo esperé afuera, realmente no tardó mucho, cuando salió le pregunte:
- ¿Qúe paso?
-Nada, pues ya entré
- Y no viste a Hiram
- A de veras , me olvidé de buscarlo, dijo y se metió de nuevo.
Tardó menos de 10 segundos en regresar y le dije:
- buscaste en todos los baños
-mm, jaja deja me regreso
Entro nuevamente y de regreso me dijo que no había nada.
Razonando un poco le dije:
-Es que es absurdo, ¿Cómo va a estar ahí después de media hora?
-Si pues está raro, que hacemos donde lo buscamos, ¿crees que se haya ido? me preguntó.
- Pues tu dime lo conoces mejor que yo, crees que sea capaz de irse así sin más ni más
-no pues no creo si hasta dejo su chamarra

De pronto se me prendió el foco
-¿No trae celular? , pregunté
-Si pero, que tal que no tiene crédito
-Pero tu si, ¿no? uff ....¡Márcale!
-jajaja si verdad.

Por suerte, si le contestó, entonces nos enteramos de que se encontraba afuera del antro, resulta que un saca-borrachos había decidido vengar a su amigo el mesero y aprovecho la ida al baño de Hiram para alevosamente sacarlo.
Regresamos a nuestra mesa mas que indignados ; Jon iba a pedir la cuenta de la jarra extra de jugo que debíamos, entonces yo le dije que no, que no iba a haber ni pago, ni propina, ni nada.
-Acuérdate que tengo el pasa de salida, le dije. Nos pusimos nuestras chamarras, tomamos mi sombrilla y la chamarra de Hiram y antes de que nos viera el otro mesero salimos del antro santisfechos de nuestra tonta venganza.
Afuera ya después del reencuentro, la indignacion y la risa por lo ocurrido empezamos a caminar, hacia la avenida Reforma.
Hiram hizo mención de la hora , ya eran las 6y algo de la mañana y temía que si no llegaba antes de las 7 encontraría su maleta el la calle.
Le dije que no se preocupara que teniamos bastante tiempo, claro que no tomé en cuenta que el aire frio le había caido mal a Jonathan, quien iba delante nuestro, con mi sombilla abierta, cantando y bailando la canción "singin´ on the rain" , (cliché) con choque de talones incluido era tan cómico que no lo detuvimos dejamos que siguiera haciendo el oso otra cuadra más.
Se cansó, cerro mi sombrilla y se colocó entre los dos abrazandonos, y comenzó a colgarse de nosotros diciendonos:
-porqué no cantan conmigo
Por que ya es tarde y tenemos sueño, además de que ya nos cansamos de cargarte, le dije
-mm que aburridos, dijo antes de salir corriendo en dirección a un grupo de personas que iban pasando por ahí, oimos que los saludó con mucha familiaridad y se quedó platicando muy animado y abrazando a uno de ellos, después de un rato en el que no regresaba me preguntó Hiram
-¿quiénes son?
- no sé, pense que tú lo sabrías, le respondí.
- jaja, pues no, porque iba a conocerlos.
-ja, no sé, tal vez eran compañeros de la escuela.
-pues nunca los había visto, además tienen facha de turistas
-si es verdad, que raro entonces donde los conoció este tonto
-ps no sé, pero ya es bien tarde. Y si no nos vamos ya, no creó que me vaya muy bien
-espera voy por el, le dije mientras le daba la sombrilla y empezaba a caminar hacia donde se encontraba Jonathan, le llamé varias veces hasta que se me acerco y me dijo :
-oye ven te voy a presentar a unos amigos
-¿Quienes son le pregunte?
- No sé los acabo de conocer
-¿¡qué!?, ya vamonos, no inventes.
- espera es que los pobres no saben como regresarse a su hotel
- jaja no pues que tomen un taxi, ahorita no puedes hacer nada por ellos, porque no creo que ni tu sepas como regresarte solo, ya es bien tarde y acuerdate que "aquél" tiene que llegar a su casa antes de las 7.
-ah de verdad, si ya faltan como 20 min.
Retomamos nuestro rumbo los tres, caminando lo mas rápido que el alcohol nos permitía hacerlo.
Llegando al metro nos separamos de Hiram, quien salió volando con nuestras bendiciones encima.
Tomamos el pesero que nos deja cerca de mi casa, los ojos se me cerraban iba a encargarle la bajada a Jon, pero se me adelantó diciendo:
-Te toca quedarte despierta para que no se nos pasé la parada.
-noo, me caigo de sueño, siempre me toca
-pues ya ponte mas lista para la próxima me dijo gandallamente, mientras se recargaba en mi hombro y cerraba los ojos.
Como puede me mantuve despierta y ya casi llegando a nuestro destino le di un codazo y le dije:
-ya vamonos, traete la sombrilla.
-la sombrilla la traes tu no?
-¿Qué, no me digas que ya la perdiste
- ¿yooo?, no que, si te la di a ti
- no puede ser, tanto que me gustaba, si era única, donde voy a conseguír otra como esa, bla,bla,bla, ... (todas las sombrillas son iguales solo que yo tengo afición por ellas, así como salacion, pues hasta ahora no hay una que no haya terminado perdida o en estado lamentable)
Con la promesa incumplida hasta ahora de que él me iba a comprar otra llegamos casi arrastrandonos a mi casa y nos quedamos los dos dormidos en mi cama, pues Jon estaba bastante ebrio y cansado para irse a la suya.

Hasta ahora sigo sin saber en que momento se perdió la sombrilla porque Jonathan me culpó a mi . Y yo ahora que recuerdo todo esto, comienzó a sospechar que fué Hiram el que la perdió, aunque tiene una buena coartada:
-Yo no me acuerdo de nada.
Jajajaja, con eso convence a cualquiera ¿no?..